Sorprende que un pueblo como Los Santos de Maimona, de raigambre rural y agrícola, tenga una vida artística, cultural y asociativa tan floreciente. Pero esa rica manifestación se queda en ocasiones reducida a un círculo pequeño, siendo ignorada por el gran público santeño. Sólo unos pocos logran romper ese cerco de anonimato y ser reconocidos por la mayoría de sus paisanos y son contadísimos los que traspasan la frontera de lo local.
Eso es precisamente lo que hemos pretendido con este libro. Sacar del anonimato a todo aquel que tiene una actividad artística, cultural o intelectual, al margen de sus obligaciones familiares y laborales, concediéndole el reconocimiento que se merece, pago público que en justicia debe recibir por algo que, en la mayoría de los casos, le cuesta además de tiempo, dinero.