Con el paso de los siglos y los milenios, buena parte de la filosofía se ha ido convirtiendo en un conjunto de «tratados intratables»: reflexiones enrevesadas, especulaciones oscuras, fórmulas abstractas y alejadas de la vida… Sin embargo, la filosofía antigua no era otra cosa que un arte de vivir: una guía para que cada individuo realizara su propia elección vital y conformara una existencia plena y dichosa. En esto consiste el Manual de Epicteto.
Este volumen es por tanto una exhortación a la vida buena. O si lo prefieren, un aviso que lanza el maestro a sus posibles discípulos: «Párate un instante, por todos los dioses. Piensa. ¿Cómo es en realidad tu vida? ¿Cómo querrías que fuera? ¿Qué es lo que de verdad te importa? ¿Qué es lo que te haría verdaderamente feliz? ¿Actúas para conseguirlo? ¿O te alejas cada día más de ello?». Desde el primer capítulo de este libro, Epicteto se dirige al lector con un tú tan cercano y directo que no podemos dejar de sentirnos interpelados. Las reflexiones y máximas que se van desgranando se mantienen siempre pegadas a la realidad de la existencia, para conformar un modelo filosófico de conducta cotidiana en pos de una vida feliz y serena: cómo actuar en el día a día, cómo juzgar lo que nos ocurre, cómo y qué desear, cómo hablar, cómo reír, cómo asistir a fiestas, banquetes y espectáculos, cómo cuidar nuestro cuerpo y nuestra alimentación, cómo ocuparse del amor y de los placeres, cómo tratar con los amigos, la sociedad y los poderosos, cómo enfrentarse a las desgracias y a los accidentes; en resumen: cómo mantener una mirada filosófica y gozosa ante aquello que la vida nos depare.
El Manual se acompaña, además, de un revelador ensayo de Pierre Hadot —una de las máximas autoridades internacionales en el ámbito de la filosofía antigua— que nos permite profundizar, con una simplicidad y lucidez comunes a las del propio Epicteto, en esta obra fundamental en la historia universal del pensamiento.
Epicteto (55-135) fue un filósofo griego de la escuela estoica. Nació en Hierápolis de Frigia (actual sudoeste de Turquía), pero desde su primera infancia vivió en Roma como esclavo, propiedad del liberto Epafrodito, quien lo inició en el estudio de la filosofía. Allí, una vez obtenida la libertad, fundó su primera escuela. Sin embargo, tras ser expulsado de la ciudad, junto al resto de filósofos, por el emperador Domiciano, la trasladó a Nicópolis, en el noroeste de Grecia, hasta donde atrajo a numerosos patricios romanos. Su vida fue siempre de una sencillez extrema. Habitó casas pequeñas, contando únicamente con lo imprescindible, y siempre dejaba la puerta abierta. Durante toda su vida comió lo que tenía a mano. No se casó nunca, pero compartió su vejez con una mujer que, a modo de ama de cría, lo ayudó a sacar adelante al hijo de un amigo caído en desgracia.
Al igual que muchos otros maestros antiguos —Sócrates, Diógenes, etc.—, decidió no escribir y desarrollar su pensamiento en un auténtico y cotidiano diálogo con sus alumnos. Sus enseñanzas se conservan por tanto a través de los libros transcritos por su discípulo Arriano. La fama de Epicteto fue grande, mereciendo, según Orígenes, más respeto en vida del que había gozado Platón.
Pierre Hadot (1922-2010) fue filósofo y uno de los máximos especialistas internacionales en el pensamiento griego antiguo. Fue director de la École des Hautes Études en Sciences Sociales y catedrático de Historia del Pensamiento Helenístico y Romano en el Collège de France. En nuestro idioma se han traducido muchas de sus obras, entre las que destacamos: La ciudadela interior (2013), No te olvides de vivir. Goethe y la tradición de los ejercicios espirituales (2010), Filosofía como forma de vida (2009), Elogio de Sócrates (2008), Wittgenstein y los límites del lenguaje (2007), Ejercicios espirituales y filosofía antigua (2006), Plotino o la simplicidad de la mirada (2004), ¿Qué es la filosofía antigua? (1998).