Un libro puede ser un maestro y un amigo.
El arte de ser uno mismo acompaña, sugiere, aguarda y ama como los amigos. Inspira, confronta y despeja el camino como los maestros. Permite a cada lector encontrar justo lo que necesita, ni más, ni menos, todas las veces. No es nunca el mismo libro, tiene la profundidad y la belleza de lo que siempre se renueva. Uno encuentra más lo que el alma pide que lo que la personalidad desea y, si se deja llevar, se acerca al ser único, irremplazable, original, que está llamado a alcanzar.
Quien es sensible a la verdad se sentirá nutrido desde dentro por su propia luz creciendo a medida que se adentra en estas páginas. El arte de ser uno mismo tiene la exquisita delicadeza de lo que no procura convencer, de lo que no vende nada, ni presume.
El sentido de vivir, el sentido de morir, la esencia de amar: servir, el arte de aprender, la ciencia de cambiar, todo en este viaje lleva al lector a adueñarse de su potencial de comprender y crear la vida.